Resumen:
La ola de revueltas populares, que desde hace dos meses se vienen produciendo en los
países árabes, ha llevado a centrar la información de todos los asuntos regionales en estos
acontecimientos. Otras circunstancias, que hasta hace poco ocupaban un lugar destacado en
los intereses de la política internacional, han sido desplazadas de los medios de
comunicación por las sucesivas manifestaciones, que han terminado por derrocar los
regímenes políticos en Túnez y Egipto y han desatado una guerra civil en Libia. Lo insólito de
esta coyuntura justifica este cambio de atención, pero mientras esto sucede, en Oriente
Próximo todavía están a la espera de solución los acuerdos entre palestinos e israelíes.
Aunque las conversaciones entre las partes se encuentren estancadas desde finales de 2010,
no debe olvidarse este escenario sin resolver, sino por el contrario, es el momento de
abordar los interrogantes que esta nueva situación planteará sobre las negociaciones
pendientes. Para ello, en este estudio pretendemos revisar en qué punto se quedó este
proceso antes de la nueva realidad árabe y cómo le podrá afectar.
Si analizar la situación de Oriente Próximo siempre ha sido una tarea complicada, los
acontecimientos presentes la hacen todavía más compleja. Es difícil elegir el término que
mejor define los sucesos de la región del Mediterráneo oriental, pues podemos hablar tanto
de ¿conflicto¿ como de ¿proceso de paz¿, pero sea cual sea su definición, lo que es cierto es
que todos los Estados de Oriente Próximo están afectados por estas circunstancias.
Desde que, en 1991, se iniciara el llamado ¿Proceso de Paz para Oriente Próximo¿, éste ha
atravesado por diferentes etapas, no exentas de conflictos abiertos simultáneamente en
Oriente Próximo y Oriente Medio. A pesar de ello, estos no son el objetivo central de este
estudio y, en cuanto a las relaciones de Israel con sus vecinos árabes, nos limitaremos a
tratar las que mantiene el Gobierno israelí con la Autoridad Palestina (AP), refiriéndonos a
las otras, sólo en la medida que afectan a las negociaciones actuales